lunes, 30 de junio de 2014

Los Jinetes del Apocalipsis V: La amenaza climatológica fantasma



Amanecimos en Sarria, de la noche poco puedo contar salvo un lanzamiento de almohada a Mario para que bajara  el volumen del reactor de fusión que tiene dentro.  Antes de partir, firmamos en el libro de visitas:



Nos levanatamos y nos preparamos rápido.Javi bajó a que le reparan un radio roto que tenía en la rueda delantera, Fer tenía la rodilla bastante tocada y Mario seguía con el hombro fastidiao. Eso sí, a pesar de tener el hombro fastidao, llevaba la mochila con los 2l de agua reglamentarios, la herramienta, el microondas y que se yo...

Fuimos a desayunar y al rato ya apareció Javi con la bici lista.
La salida  del pueblo fue bastante empinada, la cuenta para calentar rápidamente las patucas.

A sabiendas que hoy la ruta era más corta, la idea era realizar todo el trayecto por camino. Aún así, teníamos un condicionante climatológico importante: A las 15:00 daban tormenta para lo zona de Melide, por lo que la idea era estar antes allí. En principio, no parecía muy difícil saliendo a más o menos a las once como salimos.

Pronto dejamos las carreteras para adentrarnos en los caminos entre bosques y cruzando algún que otro riachuelo.






La verdad es que el paisaje, tras la entrada en galicia cambió radicalmente. Los caminos abiertos del día anterior dejaron el paso a caminos boscosos que hacían que la ruta fuera mucho más amena. Nos encontramos a una pareja formada por padre e hijo, que casualmente me acaban de poner un comentario en el blog, que venían de Málaga. El neno subía las cuestas que no veas con su 29". Compartimos con ellos gran parte del día.


Mario seguía renqueante con el hombro y lo ví parado colocando la mochila en el portabultos aunque tras media hora girando la mochila, la bici, el saco ví que la mejor opción era que cargara yo con ella.
Cuando la cogí casi doy la vuelta, debía pesar 10 kg por lo menos, dicen que es lo más recomendado cuando te duele el hombro -.-'

Seguimos la ruta, los dos informáticos juntos un cacho, cruzándonos con multitud de peregrinos. A la media horina vimos un baruco que tenía muy buena pinta y, cómo no podía ser de otra manera, ahí estaba el resto de la expedición :-)




Cogimos ruta de nuevo, la verdad es que el día pinta de llover no tenía, hacía un día buenísimo. Hicimos una parada obligatoría en el mojón indicador de que quedaban 100 Km para Santiago.





Al rato de coger de nuevo ruta, Javi y yo nos quedamos algo rezagados. Como la media hora encontramos a Ferre con la bicicleta dada la vuelta. Resulta que se le había enganchado una de las correas de la alforja detrás del cassete y se quedó enrollado, dejando la rueda trasera prácticamente bloqueda "Pa habenos matao..."


La verdad es que la avería podía haber sido más gorda si lo pilla en pleno Geróoonimo sin casi frenos (Gerónimo dícese de la forma de bajar sin control)

Seguimos para adelante. Cruzamos el pueblo de Portomarín bordeándolo y decidimos comer más adelante puesto que nos quedaba mucha ruta todavía.


 A las dos paramos a comer a unos 20 km de nuestro destino. Por el oeste empezaron a aparecer unas nubes que, sin saber mucho de meteorología, tenían pinta muy mala además de ir acompañadas de truenos. En este momento, Ferre "Montesdeoca" hizo uso de su formación meteorológica y aseguró que no llovería, que eso sonaba muy lejos. Mario insistía en que había tiempo para tomar el café jeje (me río por no llorar)
 



Arrancamos la marcha de nuevo y los truenos cada vez se oían más cerca. Yo paré un momento a poner la funda de mochila que había comprado para las alforjas, pero no me convenció el sistema y veía que podía engancharse a la rueda, confiando en coger ritmo bueno hasta destino y eludir la lluvia. El resto de la expedición tiro para adelante.


Las primeras gotas empezaron a caer y el día se tornó muy oscuro, la cosa pintaba mal mal. Cuando al rato cogí a la grupeta faltaba Mario y el padre del chaval (que hicieron parte de la ruta con nosotros). Decidí llamar y esperar junto con el chavalín  mientras el resto tiró para adelante.

Por teléfono me explicó que habían recorrido 1 km más o menos en dirección equivocada (Nota Importante: Mario llevaba su GPS y llevaba toda la ruta desde Mansilla mirando km, desnivel etc etc...) Tardaron como unos 20 minutos en llegar a donde estábamos mientras los truenos aumentaban y la lluvia seguía intermitente. Al llegar y meterle prisa por la situación, Mario soltó la frase del día "Naa, si no rompió ya a llover no irá a más.". Dejamos a padre e hijo en un pueblo cercano y continuamos con la ruta hacia Melide. Al poco de coger la nacional, la lluvia empezó a aumentar de intensidad y a convertirse poco a poco en granizo!!

Iba por el arcén a todo lo que me permitía la situación mientras resonaba en mi cabeza Naa, si no rompió ya a llover no irá a más.".

 Al llegar a Palas de Rei, no tuve más remedio que refugiarme en un bar porque la carretera estaba impracticable sumado a granizo, aire y lluvia.

Llamé a mis compis y estaban refugiados en un garaje como a 5 km de mí. Cuando cesó la intensidad de la tormenta, cogí la bici y seguí. La verdad es que no me gustó nada ir por la nacional, con lluvia, casi sin arcén, con viento y con tanto tráfico. Nunca estuve tan mojado en mi vida.

Iba a fuego cuando oigo una voz de mis compañeros que salían de una casa al pie de la carretera. Reduje la marcha y me puse con Fer a pedalear los últimos 10 km ya que lo ví bastante fastidiao. Tenía mucho dolor en la rodilla y tanto parón no le había sentado nada bien (menos mal que, previamente, nuestros colegas malagueños que nos acompañaron durante parte de la ruta, le prestaron  una rodillera si no...). Poco a poco, bajo las duras condiciones llegamos a Melide.

La habitación era un espectáculo, con todo sembrado por todos los lados intentando secar. Yo únicamente salvé, de no estar empapado, un calcetín de toda la ropa que llevaba. Tuve que comprar ropa interior, una camiseta y secar los pantalones en el secador de manos del bar donde cenamos.


Menos mal que la cena fue muy buena. No nos quedó más remedio que tomar algún chupito de licor café para calentar.
Conclusión:
Nunca hagas caso ni a Ferre ni a Mario en asesoramiento meteorológico.

A continuación, os dejo el vídeo resumen del día.


To be Continued,


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